Desigualdad, ¿sinónimo de pobreza? – La Opinión de José Rigoberto Cerna Tapia

Uno de los problemas sociales que vive México se encuentra en la desigualdad o mejor dicho, en las desigualdades existentes entre la ciudadanía.

Hay una gran desigualdad de oportunidades, por ejemplo desigualdades a nivel de género (la mujer cobra menos y tiene más dificultades para acceder al empleo, con sus contadas excepciones), desigualdad territorial (habitantes de las diferentes regiones tienen diferentes posibilidades de desarrollo).

Al igual que en otros países, también el nivel socioeconómico es un factor relevante a la hora de tener o no tener acceso a diferentes bienes, servicios y posibilidades de desarrollo.

Puntualizando en la desigualdad de género, desde muchos años; quizás siglos, la mujer ha sido considerada como un objeto, desafortunadamente en porcentajes muy altos, por no decir que casi en su totalidad.

Recordando la historia de nuestro México, haciendo alusión a las mujeres que hicieron historia por sus hechos, ¿Cuántas de ellas se siguen recordando por sus hechos sobresalientes?.

La malinche, indígena poliglota, Leona Vicario, luchadora social, Sor Juana Inés de la Cruz, escritora, Frida Kahlo, pintora, por mencionar algunas.

Desde la lucha de independencia a los movimientos revolucionarios, la participación de las mujeres en la construcción de la historia de México ha sido activa y significativa, sin embargo, poco estudiada y difundida.

A partir de las luchas feministas del siglo XX se comenzaron a rescatar las biografías de varias mujeres destacadas, y se profundizo en el análisis del papel que las mujeres han desarrollado en diferentes esferas, incluyendo la política.

Pero, ¿Cuántas mujeres más fueron protagonistas y no figuran en ninguna mención sobresaliente? ¿Por qué solamente unas pocas son mencionadas con honores?, sin dudarlo diré que muchísimas mujeres fueron participes en diferentes acontecimientos sociales, pero no tuvieron la suerte de llamarse, ni Sor Juana, ni Frida Kahlo, mucho menos Leona Vicario, vaya discriminación a la vez que desigualdad.

La pregunta es, ¿Dónde están sus nombres?, ¿ se les ha recordado alguna vez?

Sus nombres se olvidaron, si es que algún día se supo quienes fueron. De algún reconocimiento mejor no hablamos.

Desigualdad muy marcada por quienes se mofan en sus discursos de apostar por un país de igualdades que solamente se dan en el discurso, no es justo que solamente se siga rindiendo honores a una minoría de mujeres “ejemplares”, cuando hay miles de mujeres luchando día con día por sacar adelante a sus familias, trabajando sin descanso, ni salario, menos vacaciones, acaso ninguna de ellas merecen algún tipo de reconocimiento, lejos de ser reconocidas, los maltratos, la discriminación, los asesinatos son cada día más frecuentes, ¿dónde esta esa tan mencionada igualdad de discurso?

Desigualdad territorial, no es lo mismo nacer pobre en el Norte que nacer pobre en el Sur.

Los habitantes del Norte del país tienen mejores oportunidades, en salud, educación, etc., por el hecho de contar con el suficiente apoyo económico por ser estados que basan su riqueza en la industria, como el estado de Nuevo León, siendo privilegiados por este hecho, además contaban con todo el apoyo económico otorgado por los gobernantes neoliberales para que aumentaran sus riquezas tanto los empresarios como los políticos corruptos.

Desafortunadamente los estados del Sur (Oaxaca, Chiapas; Guerrero), como no cuentan con industrias, por consecuencia no generan riqueza , por tal motivo estos estados no son atractivos para quienes se dedicaban a robarse los dineros del pueblo sin importarles que la gente se muera de hambre como si no tuviesen el derecho de beneficiarse con los recursos del pueblo, aunado a esto se suman las dificultades de acceder a una educación de calidad, buenos empleos, servicios suficientes de salud, viviendas dignas, etc., la pregunta es, ¿quién provoca las desigualdades? , sin duda alguna diré que los “representantes políticos” corruptos que entre más dinero roban más quieren como si el dinero lo fuese todo, mucho menos el dinero mal habido. Afortunadamente estos malos vicios están cambiando, muy despacio si se quiere, pero cambio al fin. Lo importante aquí es que si el dinero es del pueblo, es justo que el beneficiario sea el pueblo mismo, no importa si es hombre o mujer, del color que sea, de la región del país a la que pertenezca, la religión que profese, su inclinación positiva, etc., Todos sin excepción merecemos tener igualdad de oportunidades, de ser así no estaríamos hablando de tanta desigualdad.