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La lucha contra el Machismo continúa: avances y retos del Feminismo en el Siglo XXI

México. – El feminismo sigue siendo una fuerza central en la lucha por la igualdad de género, con avances significativos en muchos países, aunque los desafíos persistentes del machismo continúan marcando la agenda global. En las últimas semanas, diversas protestas y movimientos sociales han puesto de relieve las contradicciones entre el progreso logrado y las barreras que aún enfrentan las mujeres y las personas de géneros no conformes en la sociedad.

En varias naciones de América Latina, Asia y Europa, el activismo feminista ha logrado que se aprueben leyes clave contra la violencia de género, la igualdad salarial y el acceso a derechos reproductivos. Sin embargo, los feministas coinciden en que el machismo sigue profundamente arraigado en las estructuras sociales, políticas y económicas, lo que retrasa la consecución de la plena igualdad.

Uno de los mayores puntos de conflicto sigue siendo la violencia de género. En 2024, a pesar de las leyes más estrictas, los feminicidios y la violencia doméstica siguen siendo una realidad alarmante, especialmente en regiones como América Central y el sudeste asiático. La lucha por visibilizar estos crímenes y garantizar justicia es un tema constante en las marchas del 8 de marzo y otras fechas de movilización mundial.

En el ámbito político, las mujeres continúan luchando por mayor representación y participación en las tomas de decisiones. Si bien en los últimos años se ha visto un aumento en la cantidad de mujeres en cargos de poder, como presidentas, ministras y diputadas, la paridad de género sigue siendo un sueño lejano en muchas partes del mundo. En muchos casos, el machismo se infiltra en las instituciones mediante actitudes de discriminación implícita, violencia política y brechas salariales que aún afectan a las mujeres en puestos de liderazgo.

Por otro lado, los debates sobre la masculinidad tóxica también se intensifican. Mientras que algunas voces masculinas se han unido al movimiento feminista, reconociendo los efectos destructivos del machismo en la salud mental y emocional de los hombres, otros se resisten a abandonar modelos de poder patriarcales. En diversos países, el auge de movimientos de «derechos de los hombres» ha sido señalado como una respuesta defensiva ante los avances del feminismo, aunque los expertos advierten que estos movimientos no son comparables a la lucha feminista, sino que a menudo refuerzan las estructuras de poder tradicionales.

En este contexto, la lucha del feminismo en el siglo XXI sigue siendo un esfuerzo multifacético que enfrenta tanto avances como retrocesos. A pesar de los obstáculos, las nuevas generaciones siguen luchando por un mundo más equitativo, con un enfoque interseccional que reconoce las diversas identidades de género, orientaciones sexuales y contextos culturales. Las feministas del mañana, aseguran, están construyendo un futuro donde el machismo y la desigualdad de género ya no sean las bases de la sociedad.