Mundo. – Un concepto clave en el feminismo moderno es la interseccionalidad, que fue acuñado por la académica Kimberlé Crenshaw en 1989.
Este término se refiere a la forma en que diferentes formas de discriminación —como el género, la raza, la clase social y la orientación sexual— se entrelazan y afectan a las mujeres de maneras únicas.
La interseccionalidad ha sido fundamental para ampliar la perspectiva feminista, reconociendo que la lucha por la igualdad de género no puede abordarse de manera aislada.
Por ejemplo, las experiencias de una mujer negra pueden diferir significativamente de las de una mujer blanca, y las mujeres de clase trabajadora enfrentan desafíos distintos en comparación con las mujeres de clase alta.
Este enfoque inclusivo ha llevado a un feminismo más diverso y representativo, que busca no solo la igualdad de género, sino también la justicia social en un sentido más amplio. Al reconocer y abordar las complejidades de la opresión, el feminismo moderno trabaja para crear un movimiento más equitativo y efectivo para todas las mujeres.